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Cuando Tong Po, el sanguinario campeón de Kickboxing, deja paralítico a su hermano, Eric jura vengarse del hombre a quienes todos consideran invencible, aunque le cueste la vida.
Lee (Bruce Lee) es un experto artista marcial dedicado en un templo budista. Un servicio de espionaje extranjero le solicita que asista a un particular torneo de artes marciales en una isla privada cuyo dueño, Han (Kien Shih), es sospechoso de trata de blancas y narcotráfico, Lee debe reunir las pruebas necesarias.
El objetivo del torneo es la contratación de expertos en artes marciales para el ejército privado de Han y por otro lado es una pantalla para encubrir sus acciones delictivas. Lee acepta no porque quiera entrar en el ejército de Han, sino por motivos más bien personales.
Él asiste a la isla junto a otros luchadores extranjeros, incluyendo a Roper (John Saxon), un americano que espera que las ganancias del torneo paguen sus deudas de juego, y Williams (Jim Kelly), un americano de color que huye de la ley, luego de defenderse contra dos policías blancos racistas. Lee participa en el torneo y enfrenta a O´Hara (Robert Wall), el agresor de su hermana Su Lin (Angela Mao), quien la obligó a cometer suicidio en el pasado.
Se descubre la muerte de Williams y tanto Roper como Lee son conminados a unirse al bando opuesto, a lo que Lee se niega. Multitudes de presos son liberados por otra agente china Mei Ling y se desata un combate entre los contendientes. Mientras Lee tiene su particular y épico combate con el dueño de la isla, Han.